Este calendario nace como una propuesta gráfica que homenajea a La Línea de la Concepción desde una mirada simbólica y visual. Este proyecto fue desarrollado en el marco de la asignatura Producción Gráfica como un ejercicio de diseño editorial con fuerte carga conceptual. La idea fue construir una pieza editorial que funcionase como objeto funcional y al mismo tiempo como una colección de fragmentos visuales reconocibles solo por quienes conocen la ciudad.
La idea principal fue representar la ciudad sin mostrarla directamente: solo a través de una colección de fragmentos visuales reconocibles para quien la habita y la siente propia.
Desarrollo gráfico
Cada mes está representado por las dos iniciales del mismo, y dentro de esas letras se aplican máscaras tipográficas con imágenes de autoría propia. Estas imágenes no muestran lugares de forma literal, sino patrones, texturas y formas arquitectónicas, recortadas de tal forma que permiten al espectador adivinar el origen del detalle solo si tiene relación con la ciudad.
La selección de imágenes fue clave para generar una colección coherente y atractiva a nivel gráfico, pero también cargada de significado local. El resultado es un calendario que funciona como un catálogo visual de fragmentos de ciudad.
Estructura del calendario
El diseño gráfico de cada página mensual incluye elementos funcionales y culturales:
- Iniciales del mes con textura urbana reconocible
- Fase lunar
- Cambio de estación
- Cambio de hora (invierno/verano)
- Días de feria señalados con un icono en abanico
- En el pie de cada mes: una palabra típica linense con su significado
Esta mezcla de diseño, cultura y utilidad convierte el calendario en una pieza gráfica viva, vinculada al contexto social y emocional de la ciudad.
Si eres de La Línea, reconocerás cada imagen. Y si no, descubrirás un lenguaje visual único que te habla de sus formas, costumbres y ritmo.
